Hoy os traigo la receta de esta maravillosa hogaza de pan que se hornea en cazuela de hierro fundido. La receta original es del libro de Ibán Yarza pero yo he modificado un poquito algunas cosas como la cantidad de harina y los tiempos de fermentación porque así me lo pedía la masa. Tras varias pruebas, os puedo decir que el resultado es increíble y que si os estáis estrenando en esto del mundo del pan, esta hogaza es ideal para principiantes.

Para hacer pan se necesita una buena playlist, así que pongo The Blaze Radio en Spotify y ¡a amasar!

PreparaciónCocciónDificultad
6 horas60/65 minMedia

INGREDIENTES

  • 100 gr masa vieja / masa madre que esté tristona en frigorífico o si no tenéis con 70 gr de harina, 40 gr de agua y 2 gr de levadura hacéis una.
  • 600 gr harina panificable
  • 300 gr de agua
  • 10 gr de sal
  • 2 gr levadura fresca o seca

PREPARACIÓN 

  1. Mezclamos todos los ingredientes menos la sal. En esta primera fase la masa es mega pegajosa, tened paciencia. Yo amasaba 10 min y dejaba reposar 15 min. Así tres veces hasta que la masa ha tomado algo de cuerpo.
  2. Dejamos reposar tapada con un paño durante una hora. Es muy importante tener en cuenta la temperatura ambiente. Si en vuestra cocina hace frío será más bien hora y media, si por el contrario hace calor, quizá tenéis la masa en 30/40 min.
  3. La masa tiene que seguir siendo algo pegajosa.
  4. Incorporamos la sal y amasamos. Yo este amasado lo hice en el bol porque todavía estaba demasiado pegajosa como para pasar la masa a la mesa.
  5. Amasa 5 minutos y deja reposar otros 5 minutos. Así tres veces.
  6. Cuando notéis que la masa empieza a quedar menos pegajosa y empieza a ser una masa más sedosa es que estamos en el buen camino.
  7. Untamos un bol con aceite y dejamos reposar nuestra masa de 3 a 5 horas. Aquí depende muchísimo lo de la temperatura ambiente que os comentaba antes.
  8. La masa tiene un aspecto como hinchado y flufli y así como tembloroso.
  9. Enharinamos nuestra superficie de trabajo y hacemos un hatillo a la masa.
  10. Le damos la vuelta con cuidado pero con determinación y «boleamos» un poquito la masa.
  11. Dejamos reposar la masa durante 1 hora y media o incluso dos.
  12. En este tiempo aprovechamos para precalentar el horno a 250º con la cazuela entera (tapa incluida si no tiene nada de plástico) en él.
  13. Cuando llegue el momento, quitamos la tapa a la cazuela, metemos con mucho cuidado a nuestra futura hogaza y volvemos a poner la tapa.
  14. Yo suelo subir un poco más al principio la temperatura del horno a 255º para que al abrir, que se pierde calor y volver a cerrar nos aseguremos de estar a 250º.
  15. Horneamos durante 15 min con la tapa.
  16. Transcurrido ese tiempo, quitamos la tapa y horneamos durante 50-55 min.

NOTA: yo pongo el horno en modo aire. Para pan, masas y repostería es la función que mejor me funciona pero ya sabéis, que cada horno es un mundo…

Cuando saquemos el pan del horno no olvidéis de dejarlo enfriar en un rejilla.

Hacer pan casero es un subidón, no sé porqué pero hace muchísima ilusión. Es muy placentero y estableces toda una relación con esa masa a la que le estás dedicando tantas horas y amasados… llamadme loca, pero a mí me está ayudando muchísimo a pasar la cuarentena. Y ya no sólo hacer el pan si no leer sobre masas madres, buscar información, diferentes recetas… Cuando todo esto pase espero sacar algo de tiempo y apuntarme a uno de esos cursos tan molones que suele hacer Panic, que son una de las panaderías más top de Madrid.

Quizá esto de hacer pan, para muchos, sea sólo una moda pasajera. Para mí se está convirtiendo en una verdadera pasión. Así que, estoy haciendo un «Diario de la Fermentación» donde estoy apuntando tiempos de cada uno de los panes que hago y cosas que me daría tiempo a hacer de mi vida normal (la que tenía antes de la cuarentena) creo que puede ser útil para no dejar de hacer pan cuando todo vuelva a la normalidad, aunque esa normalidad ya no sea exactamente igual que la de antes… bueno voy a parar aquí que me pongo filosófica…

¡Ah! Si veis que es muchísimo pan, nosotros sólo somos dos en casa, lo podéis congelar sin problemas. Cuando esté bien frío, lo partís por la mitad y en una bolsa de congelación, sin aire y herméticamente cerrada lo podéis meter en el congelador. Nosotros lo hicimos y os puedo asegurar que el pan no pierde cualidades y sigue estando súper rico.

Espero que este post os haya gustado y os sirva para que os lancéis a hacer pan 😉

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