Mi helado favorito del mundo mundial es el Chunkey Monkey de Ben&Jerries. La última vez que fui a comprarlo me costó muchísimo encontrarlo, estaba con mi buen amigo Andrés, otro adicto a este helado de plátano y dar con él fue toda una hazaña. Ahora mismo, con todo esto de la cuarentena, me parece una misión imposible.

Además no quiero comprar nada tan procesado porque esto de estar haciéndolo todo yo me está gustando muchísimo y mi cuerpo lo nota. Antes de todo este lío ya me cuidaba bastante, pero aprovechar esta situación para afianzar y avanzar en mis hábitos saludables me parece motivador.

De todas formas, no quiero abrir el melón del adoctrinamiento «healthy» porque cada uno encuentra sus fórmulas, hay etapas y en definitiva, cada uno es un mundo. Mi objetivo con esta receta de helado de plátano casera era hacer algo rico, dulce y que no fuera una bomba calórica.

Otra cosilla, he llamado a esto helado pero quiero aclarar que los helados de verdad, los que hacen heladeros como Mistura o La Romana (dos de mis heladerías favoritas) tienen unos procesos muchísimo más complejos y por lo tanto, la textura y la cremosidad no tienen nada que ver. Así que, digamos que os voy a dar la receta de un pseudo helado de plátano con chips de chocolate y crocante de almendras. Si no tenéis crocante de almendras, podéis usar nueces. Yo tuve que recurrir al crocante porque me quedaban 5 nueces y me parecía un poco triste echar tan pocas nueces a tanto plátano.

Suena Monkey gone to heaven de Pixies por ser una de las canciones favoritas de Andrés, a quien le dedico este post.

Y ahora bien, ¿quien quiere helado?

PreparaciónCongelaciónDificultad
15 min12 horasBaja

INGREDIENTES

Esta es una receta genial de aprovechamiento para dar uso a esos plátanos que ya empiezan a estar tristes en el frutero.

  • 6 plátanos maduros
  • 150 gr de crocante de almendras/ nueces / cualquier fruto seco que tengas en casa
  • 100 gr de chips de chocolate 70% o trocitos de cualquier chocolate que os mole
  • 200 gr de leche de avellanas. La leche de avellanas es bastante dulce, por eso, creo que le queda genial a la receta.  Así no necesitamos ningún tipo de edulcorante pero si no tenéis, podéis usar leche de almendras, que también le irá genial o leche normal.

PREPARACIÓN

Si tienes un procesador de alimentos (esta es la versión que yo he usado):

  1. Pelamos y troceamos los plátanos.
  2. Los metemos en una bolsa de congelar o en un recipiente que aguante el frío y los dejamos en el congelador de 1 a 3 días.
  3. Sacamos los plátanos del congelador y los metemos en el vaso de nuestro procesador de alimentos y los trituramos. Una vez estén bien triturados, vamos añadiendo poco a poco la leche hasta que quede una textura cremosa.
  4. Añadimos el resto de ingredientes. Movemos cuidadosamente hasta que todo esté bien integrado, de esta forma tendremos «tropezones» por todo el helado.
  5. Por último, pasamos nuestra masa a un recipiente y ¡al congelador!

Si optas por usar el crocante de almendras:

  1. Triturar las almendras.
  2. Una vez estén trituradas vamos añadiendo miel al gusto. Si eres vegano, puedes usar sirope de ágave o arroz.
  3. Las extendemos en una bandeja de horno, (previamente precalentado a 180º) y dejamos que se doren durante 15 min.
  4. Dejar enfriar y volver a triturar pero no demasiado para que no quede «polvo» de almendras y mantengamos los trocitos.
  5. También podéis tostarlo en la sartén con un chorrito de aceite en vez de hacerlo en el horno.
  6. Podéis conservarlas en un bote de cristal o un recipiente que cierre herméticamente.

Si no tienes un procesador de alimentos:

  1. Pelamos, troceamos y machacamos bien los plátanos.
  2. Vamos añadiendo poco a poco la leche y cuando tengamos una masa homogénea, con una espátula/cuchara de palo vamos integrando el resto de ingredientes.
  3. Pasamos la masa a un recipiente y ¡al congelador!

NOTA: Os recomiendo que antes de comerlo lo dejéis unos minutos a temperatura ambiente.

Es una receta súper fácil. Así que, espero que os guste y la disfrutéis mucho.

Por cierto, si últimamente estáis golosos, os animo a que probéis estas cookies o este bizcocho de avena integral y algarroba.

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