Sin lugar a dudas, mi pasión por los bizcochos y por la repostería me viene de mi madre. Desde muy niña siempre he visto cómo mi madre preparaba las galletas y los bizcochos caseros para nuestros desayunos y meriendas. Además siempre ha ido un paso por delante en esto de probar ingredientes más saludables. Todavía recuerdo su «época marrón» (que ha sido motivo de grandes anécdotas en las comidas familiares) que fue cuando empezó a usar harinas integrales y alternativas al azúcar blanco, en una época donde os aseguro que no era nada habitual.

Por eso a mi madre se le dan especialmente bien los bizcochos con harinas integrales.

Siempre le quedan súper esponjosos, que por norma general es difícil porque los bizcochos con harinas integrales tienden a quedar más compactos.

Y es por eso, le he pedido un poco de ayuda para esta receta y la verdad que el resultado es increíble.

Suena Let’s do it (let’s fall in love) de Ella Fitzgerald mientras cocinamos juntas y me doy cuenta que a medida que pasan los años, quiero estar más tiempo a su lado y aprender más de ella.

PreparaciónCocciónDificultad
15 min45 minMedia

INGREDIENTES

  • 170gr de panela
  • 240gr de harina de avena integral
  • 80gr de nata ecológica
  • 90 gr de aceite de oliva virgen extra
  • 2 cucharadas de algarroba
  • 1 cucharada de té matcha
  • 7 huevos ecológicos
  • 20 gr. levadura

PREPARACIÓN

  1. Cogemos un bol grande para poder hacer nuestra mezcla y mientras tanto pre-calentamos el horno a 180ºC.
  2. He escogido un molde bundt para este bizcocho pero os vale cualquier tipo de molde. Es importante que lo untéis con un poco de aceite de oliva para que no se os pegue la masa.
  3. Echamos la nata, la panela y el aceite en el bol y uno a uno vamos añadiendo los huevos y moviendo nuestra mezcla.
  4. Por otro lado, tamizamos la harina y la vamos añadiendo poco a poco a nuestra mezcla.
  5. Para conseguir ese efecto marmolado tan molón tenemos que dividir la masa en dos partes. A una de ellas le añadimos la algarroba y una cucharada de té matcha y la otra la dejamos tal cuál.
  6. Vertemos la masa original en el molde y luego en el centro vamos añadiendo la mezcla que contiene la algarroba y el té matcha, se mezclarán orgánicamente mientras se hornean.
  7. Horneamos durante 45 min. apróx.
  8. Para comprobar si está bien hecho por dentro, introducimos una aguja de punto, brocheta de madera… y lo metemos en una parte del bizcocho. Si el bizcocho está hecho, os saldrá limpio.
  9. Dejamos que se enfríe un ratito y lo desmoldamos.
  10. Para adornarlo yo he usado un mezcla de leche de avena con azúcar de coco que he calentado hasta que ha quedado todo unificado y un chocolate crocanti 70% que compré el otro día en Casa Ruíz.
  11. El toque final fue espolvorear un poquito de té matcha.

Cuando esté totalmente frío, ya podemos devorar esta delicia, ¿quién se apunta?

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